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Jorge Newbery y Carlos Delcasse habían colaborado en la instalación de los primeros
gimnasios y tirar las iniciales trompadas autóctonas. Esto está inscripto en la historia de
las luchas sociales. Los “niños bien" de la oligarquía aprendían esta disciplina como ahora
se ejercitan en un arte marcial, para salir en patota a pegarles a los obreros -por lo
general extranjeros, pues ellos, los patoteros, eran los exclusivos representantes de la
"patria"- a ver si los podían disuadir a golpes de esas "ideas extrañas al sentir nacional",
como eran el socialismo, el sindicalismo, el anarquismo.
En 1908 ya existía en Buenos Aires el Boxing Club y en 1920 la Federación Argentina de
Box. El inglés Willie Gould se proclamó campeón de todos los pesos, y luego Luis Ángel
Firpo (pesado), Luis Galtieri (mediopesado) y Elio Plaisant (mediano) lucieron los primeros
cinturones de campeones nacionales.
Dos meses después de su última pelea quedó demostrado que el campeón Jack
"Manasas" Dempsey comenzaba a flaquearse enfrenta a Luis Ángel Firpo "El toro Salvaje
de las Pampas" quien derrotó a Jess Willard en su reaparición.
Firpo era un boxeador gigantesco, rudo y un auténtico Hércules pero no manejaba la
estrategia y la técnica de los grandes campeones, problema que contrarrestaba con su
bravura y su orgullo.
Intercambiaron una serie de golpes terroríficos. Firpo, desmelenado y haciendo honor a
su seudónimo atacaba de forma contundente, aunque Dempsey no se atemorizaba y
contestaba golpe por golpe. En el fragor de la batalla Dempsey salió despedido del ring
entre las cuerdas y cayó violentamente al suelo.
Los periodistas ayudaron a su compatriota estadounidense y lo "subieron", literalmente,
hasta el ring mientras el árbitro contaba los segundos. Sin este apoyo físico de la prensa
el campeón hubiera perdido su título mundial. Una repuesto al ring y aturdido por la caída,
Dempsey se cubre con los guantes y aguanta la golpiza hasta que vuelve a doblar la
rodilla. Se levanta y es aquí cuando comienza el fin de Firpo, sometido a durísimas
combinaciones cae derrotado en el segundo round. Pero antes de perder, Firpo ofreció
una resistencia digna de encomio. "El toro salvaje de las pampas" con todo su poderoso
empuje sangrando por la nariz y la boca siguió cambiando golpes hasta que un uppercut
puso punto final a este memorable match. Fue uno de los combates más emotivos de la
historia del boxeo, hasta el punto que esta fecha se celebra en Argentina el día del
boxeador.
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