ALMIRANTE BROWN
Con las estancias del siglo XVIII,
empezaron a surgir los poblados o aldeas pampeanas. Fueron núcleos formados
alrededor de un reducto de indios mansos (en Quilmes y Baradero), una capilla
(San Isidro Labrador -1723) o un convento
(el "Rincón" de San Pedro - 1750), un fortín de fronteras
(Ranchos o General Paz, cuya fundación oficial fue en 1778) o una posta del
camino (Monte de los Chingolos o Ministro Rivadavia).
Allí, en Monte de los Chingolos, funcionó
la posta para el descanso de los reseros.
Un Castillo envuelto en misterio e
historias.
Galerías intactas, molduras onduladas,
ventanales amplios, techos de pizarra, puertas de madera maciza y farolas. Un
castillo de Claypole que data del 1800.
Se encuentra en el límite de Claypole y
Ministro Rivadavia y forma parte del casco histórico de este segundo pueblo. Su
estructura es el reflejo de un palacio veneciano del siglo XIII y está
emplazado en medio de un extenso parque surcado por caminos, al mejor estilo de
los paseos de la época. Estaba limitado por una combinación de muros y rejas.
También existen extraños túneles, a través
de los cuales se podía transitar bajo tierra con total seguridad y, según la
versión de historiadores y vecinos de la zona, permiten el acceso a las
localidades de Longchamps y Burzaco.
El desconocimiento sobre la función y la
ubicación exacta de todos estos caminos sub-terráneos derivó en que los
habitantes de los alrededores de la antigua construcción formularan diversas
“leyendas urbanas” y lo vincularan con diversas etapas y personajes de la
historia argentina.
Lo cierto es que los pasadizos fueron
construidos según la moda de la época, aunque se desconocen con exactitud sus
trazos. Una de las hipótesis es que el Castillo, bajo tierra, tenía
comunicación con la comisaría, la iglesia, la Municipalidad e incluso la
estación ferroviaria. Sin embargo, todavía ninguno de estos mitos barriales fue
probado.
Continuamos.
Luego de la batalla de Caseros, 3 de
febrero de 1852 y mientras el entrerriano Justo José de Urquiza se manejaba
desde la quinta de Rosas en Palermo, Vicente López instalaba el Gobierno
Provincial en la casa urbana del Restaurador, calle San Francisco (Moreno)
entre Bolívar y Representantes (Perú). Es que el viejo Fuerte (actual Casa
Rosada) estaba en ruinas.
El 7 de abril de 1852, a raíz de todos
estos problemas de orden político que en gran parte también lo eran de carácter
jurisdiccional, se constituía el partido de Barracas al Sud (hoy le llamaríamos
Avellaneda), sobre la base de los antiguos cuarteles Primero, Segundo y Tercero
de Quilmes, extendiéndose en los que hoy son las comunas granbonaerenses de
Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, más las localidades de Adrogué y Barrio San
José (parte de lo que luego sería el partido de Almirante Brown).
Pocos días después de la batalla de
Caseros, Bernardo Iturralde –quien fuera panadero de los ejércitos de Rosas-
inauguraba en Monte de los Chingolos la primera panadería de la zona.
El pan de Ministro Rivadavia era una
delicia, gracias a ello continúa su panadería ubicada en República Argentina y
25 de Mayo. Pero, no sólo era un reservorio alimenticio en farináceos: la
carne, la leche, la miel, el agua de bomba, todo era delicioso en Ministro
Rivadavia. Luego, los montes de duraznos amarillos, “priscos” o no,
in-comparables... Las frutillas estaban a un paso del Almacén de Lippi (Avda.
Espora y 25 de Mayo).
Glew es una de las cuatro ciudades del Distrito que tiene más de 140 años de historia. Allí fijaron sus raíces hospitalarios árboles y montes de fruta, especialmente de duraznos y ciruelas, que no sólo proveían a la región, sino también a la metrópoli. Sus fr
utos eran conocidos por el tamaño, aroma y sabor, sólo comparables con los de Ministro Rivadavia (que además, se destacaba por la frutilla).
Coincidiendo con la fecha de inauguración
del Ferrocarril Sud, 14 de agosto de 1865, se oficia el punto de origen de la
localidad de Burzaco, casi una década anterior a la fundación del pueblo y
Partido de Almirante Brown. Fue el día que pasó el primer tren hacia Jeppener.
Quien viajaba de Burzaco a Domselaar..., aparecería en las crónicas de viajeros
del periodismo, como un suceso de “ida y vuelta”.
El veraneo en las quintas fue un hábito
importado, tal vez una costumbre traída por los comerciantes ingleses, que, siguiendo
con su inclinación de residir lejos de los lugares de trabajo, las construyeron
en los suburbios de la ciudad de entonces.
Domingo F. Sarmiento, siendo embajador
plenipotenciario en Estados Unidos, escribía a su amada Aurelia Vélez: Primero
le solicitaba que visitaran con su padre, el Dr. Dalmacio Vélez Sársfield, los
Estados Unidos para, luego reconvenirle “Pero es predicar en el desierto. ¡Se
morirá de puro viejo, sin conocer sino la quinta de Adrogué, donde me parece
verlo con el sombrerito al ojo!”.
Justamente, luego de la epidemia de fiebre
amarilla, tomó mayor incremento esa costumbre, y Adrogué (aún antes de su
fundación oficial) se constituyó en el lugar de moda con perfiles veraniegos,
en competencia con Quilmes y las zonas de Belgrano, San Isidro, San Fernando,
Tigre, Lomas de Zamora y San José de Flores. Los jardines de las quintas eran
muchas veces trazados por los que se llamaban paisajistas europeos, porque la
belleza del parque daba status al propietario.
Don Esteban Adrogué, era en aquel entonces
–ya-, un antiguo vecino de lo que más tarde sería el Partido de Almirante
Brown. Allí, era propietario de varias chacras ubicadas en las cercanías de los
límites de Quilmes y San Vicente. Como buen pionero, don Esteban, intuyó que el
ferrocarril sería el que le daría importancia a esta zona y gestionaría la
creación de una estación y la formación de un Distrito diferenciado, to-mando
tierras de Quilmes y San Vicente.
Pero, según los vecinos, el pueblo más
antiguo de la región –y con más derechos históricos- sería Monte de los
Chingolos (hoy, Ministro Rivadavia), cuyos inciertos orígenes se remontarían al
siglo XVIII. La gestión antes mencionada postergaría definitivamente sus
aspiraciones y por consiguiente, también, su progreso.
Por ello, don Esteban solicitó al
Ferrocarril del Sud, en ese mismo 1871, la fundación de la estación sobre la
línea a San Vicente, en un sitio designado especialmente para tal objeto, y a
pocos metros de un flanco de la propiedad de Adrogué.
Todavía, como consecuencia de la epidemia
de fiebre amarilla de ese año, mu-chas familias porteñas buscaron refugio en
las afueras de la ciudad. La construcción del Hotel Las Delicias, en lo que
poco después sería llamado Adrogué -en realidad, Almirante Brown-, permitió que
tanto familias como parejas encontraran en él un refugio, un oasis de
tranquilidad y hoy diríamos un pulmón ecológico, con buena cocina y a pasos del
"Centro".
Para que se cumpliera con su sueño de
fundar una estación en la línea del ferrocarril Sud, en los trenes que corrían
hacia San Vicente, don Esteban Adrogué donó la tierra necesaria y la suma de $
30.000.-, para destinarlos a los primeros gastos que originase la construcción,
la cual se llevaría adelante en abril de 1872. El Directorio del Ferrocarril Sud
dio a la misma la nomenclatura de Esteban Adrogué, pero para ello debió
desestimar la denominación de Almirante Brown, propuesta por el donante (la
egolatría de don Esteban no podía llegar a tanto); esto fue así por la
circunstancia de existir ya otra estación ferroviaria con la misma denominación
(en el barrio de La Boca).
El señor Adrogué encargaría al ingeniero
José Canale la ejecución del diseño del pueblo, sobre las tierras vecinas a la
estación. El memorable trabajo de Canale se presentó al gobierno provincial el
13 de julio de 1872, acompañado por un petitorio firmado por el mismísimo
Adrogué y otros vecinos de los territorios linderos de San Vicente y Quilmes.
Allí también propusieron la denominación de Almirante Brown para lo que sería
un nuevo Distrito de la provincia de Buenos Aires.
Cuando aún no estaba aprobada dicha
solicitud, el 29 de septiembre de 1872 se efectuaría el primer remate de 250
lotes sobre la actual Plaza Almirante Brown, se ubicaba la iglesia de San
Gabriel Arcángel y la ya pensada definitiva sede municipal. La Plaza Brown,
tomada como centro, sería atravesada por las dos diagonales principales (¿se
habrá copiado luego la planificación de la ciudad de La Plata –fundada recién
en 1882- del plano de la ciudad del arquitecto Canale?). En esta ocasión, se
fletó un tren especial desde Constitución. Apenas tres días antes, -es decir,
el 26 de septiembre- el gobierno provincial (Mariano Acosta, gobernador, y
siendo presidente de la Nación Domingo F. Sarmiento), remitió a la Legislatura el
proyecto de Ley por el cual se creaba el nuevo Partido.
El 5 de marzo de 1873 se aprobaba el plano
del futuro pueblo de Almirante Brown. En esa ocasión se formó una comisión
encargada de la construcción de los edificios públicos, cuyos notables integrantes
fueron: Esteban Adrogué, Juan C. Molina, Ramón Hunt, Francisco Burzaco y
Mariano Demaría.
El 4 de junio, y compitiendo con el trazado
del flamante pueblo de Almirante Brown, también se aprobaría el trazado y
fundación de un falaz “nuevo pueblo”, Ministro Rivadavia , es decir que lo
único que se hizo fue darle status jurídico al antiguo pueblo de Monte de los
Chingolos. Lo que ocurría que, en forma de Pilatos, el Gobierno Provincial
respondía –de esta manera- a una solicitud de otro grupo de vecinos. El F.C.
Sud había dispuesto allí construir una Estación. Hasta algunos aseguran que
durmientes y rieles (hace poco alguien encontró un mojón con el kilometraje,
que he visto) no sólo fueron trazados sino colocados y luego levantados...
El 29 de septiembre de 1873 la Legislatura
bonaerense sancionaría la creación del Partido de Almirante Brown dando, de
esta forma, satisfacción a la solicitud cursada por los dos grupos de vecinos
(los de “Adrogué” y los de Ministro Rivadavia) –tal como ya se explicara-, pero
no se especificó cual sería su cabecera, dejando la decisión en manos del Poder
Ejecutivo Provincial.
Comienza una competencia que tiene como
protagonistas y antagonistas a ve-cinos de ambos pueblos (Almirante Brown y
Ministro Rivadavia), los que respectiva-mente impulsan construcciones; de este
modo, y con la mayor celeridad, se levantarían dos escuelas (una en cada
pueblo), ambas en edificios propios, una decena de locales para instalar
comercios, una iglesia y numerosas casas particulares.
La Escuela que cobró más importancia, fue
la instalada en Ministro Rivadavia –que fue la primera- y que luego se la
denominó con el número 3 y que fuera fundada, nada menos, que por Domingo F.
Sarmiento. Sería, luego, trasladada a Burzaco.
Don Esteban Adrogué, por aquellos días,
pero habiendo comenzado las obras un año antes (1872), hacía construir para sus
hijas –Sofía y Dolores- un elegante chalet de estilo suizo, de dos plantas, que
pronto sería conocido con la denominación de “La Cucaracha” (actual Secretaría
de Cultura y Educación de la Municipalidad). La ubicación de dicho edificio
histórico es el triángulo territorial comprendido entre las actuales Esteban
Adrogué, Av. Espora y Diagonal Brown.
La cuestión fue que las hijas de Don
Esteban se casaron y nunca habitaron aquella lujosa casona, que se convirtió
–antes de la construcción del actual Palacio Municipal en Plaza Brown- en la
primera y provisoria sede municipal, siendo su primer Intendente Municipal el
vecino Don Ramón Hunt. “La Cucaracha” también fue Comisa-ría. Corrió el riesgo
de “la piqueta” y sólo perdió la parte que hoy ocupa el Banco Macro.
El 30 de abril de 1874, finalmente, el
Poder Ejecutivo Provincial dictaba un Decreto resolviendo que fuera cabecera
del Partido el pueblo de Almirante Brown, relegando definitivamente el
petitorio de los vecinos de Ministro Rivadavia. En ese mismo Decreto se daba el
nombre de Almirante Brown al Partido, en homenaje al ilustre marino irlandés,
héroe de nuestra independencia nacional.
Mariano Acosta debió dejar la Gobernación
en 1874, al ser electo Vicepresidente en la fórmula que acompañó a Nicolás
Avellaneda a la Presidencia de la Nación.
Con motivo de la fundación de La Plata, en
noviembre de 1882, una concepción moderna y monumental se adueñó de la clase
dirigente que trasuntaba en la preocupación por los espacios verdes, las calles
anchas, las incontables plazas, el arbo-lado de las aceras, los bulevares con
sus squares o plazoletas alargadas sobre la franja central de la calzada, los
paseos públicos; además, el trazado original era susceptible de ensancharse o
prolongarse. Así, La Plata reconocía un único antecedente: Adrogué (fundada 19
Kms. al sur de Buenos Aires), levantada después de 1872 como pueblo suburbano
de veraneo o de fin de semana y que no respetaba la cuadrícula en manzanas
tradicional. Ambas -Adrogué y La Plata- presentaban la novedad de sus
diagonales.
En Ministro Rivadavia toronjas no
comestibles se observaban a los costados del camino, compitiendo con la
cinacina y otros arbustos no menos
agresivos... En los postes de la luz eléctrica, los “chinchiribí” y los pechos
colorados, al igual que los horneros fijaban sus posesiones.
Por allá, de cuando en cuando,
distanciados, los ranchos marcaban el camino de Sandoval (considerado el primer
vecino de Alte Brown). Surgían entonces fincas de uno o dos pisos que serían
proyectos no terminados de verdaderos castillos. No habría piscinas árabes...,
pero no faltaban los tanques australianos donde, democráticamente, se
introducían desde el dueño hasta el mediero...
Se faenaba en árboles o “arcos” similares a
los de fútbol. Pero existía algo singular, primero la Ermita y luego la Iglesia
de Nuestra Señora del Tránsito, Virgen de los troperos, que era obligada
detención de quienes se introducían en la campaña...
Durante un período prolongado el histórico
templo estuvo a punto de verse cubierto de hiedra. Eran los tiempos en que no
había ni siquiera sacerdote.
Abriendo un paréntesis, digamos que el 4 de
enero de 1884 se daría inicio jurídico al pueblo de José Mármol, en el Partido
de Almirante Brown. Es la población más cercana a Adrogué. Ciudad de viejos
anhelos o utopías: que se abra la vía dando fluidez a la calle Mitre, o se
realice un túnel bajo nivel para tránsito de vehículos.
Uno de los más antiguos vecinos de José
Mármol: el Sr. Eduardo Luis Hunt, vinculado a las raíces mismas del partido de
Alte. Brown. Eduardo estaba casado con Ema Veronés, hija del Jefe de la
cuadrilla que tendió las vías ferroviarias, nacida junto a las vías del tren
con dos hijas, no sé cuántos nietos y cuántos bisnietos. Don Eduardo vivía
ocupado en su taller de Mitre al 2200, resaltando siempre el paso del tren que
llevaba a la Infanta Isabel hacia La Plata en el año del Centenario. El tranvía
a caballo recorría distancias difíciles de transitar en otro medio en ese
entonces.
Allí en Mármol estaba la casa de María
Luisa Rocha, familiar del fundador de La Plata, ubicada junto a las vías donde
se encontraba el restaurante Ferruccio. Hunt acompañaba a esta dama hasta La
Plata a cumplir su labor de Inspectora de Farmacias de la Provincia.
Había una fábrica de peines que se incendió
en el lugar que actualmente ocupa el Club El Fogón.
La instalación eléctrica de la vieja
Iglesia de San Gabriel había sido colocada por don Eduardo Hunt. También fue alumno
fundador del Colegio N° 1, entonces ubicado en Canale al 2500.
Pero hay mucho más de José Mármol: el
histórico Club de Tenis, pago adoptivo del sensitivo poeta José Luis Acosta;
también del “papá” del inefable Clemente: Caloi. Por esos lugares se asentó en
1820 la familia de los Molina, que junto a los Grigera o los Adrogué tienen
mucho que ver con el Distrito.
Nadie olvidará al cartero Juan Ruiz. Al
dinámico periodista Don Julio Arín y a los artistas hermanos Filitto.
El Hospital Vecinal Juan Mársico
(recordando al “León” de José Mármol, que compartiera horas cruciales con
Yrigoyen en 1930), levanta su estructura, evoluciona, por el esfuerzo de
personas a las cuales le trazó la impronta del sacrificio del inolvidable
Avelino Vázquez.
El 15 de abril de 1884 se inauguraba
oficialmente la localidad de Claypole, en el Partido de Almirante Brown.
Algunos dicen que el apellido que le dio nombre a la localidad proviene de
aquellos frustrados invasores ingleses de 1806 – 1807. Pero los que más saben
no coinciden, porque se trataría de un pionero docente, digno de tributo
permanente. Este profesor ignoto hizo de un trozo de Alte. Brown, la base que
fue formando una gran ciudad, hasta el grado que hoy es la ambicionada por
foráneos (en el sentido que no nacieron allí, por más claypolenses que se
sientan).
En febrero de 1886, el escultor argentino
Francisco Cafferata inauguraba en Adrogué la primera estatua argentina
instalada en un lugar público: la del Almirante Guillermo Brown, nominación del
partido cuya cabecera también tiene el mismo nombre. La gloria quedó perpetuada
en la hermosa plaza homónima. El Instituto Browniano Nacional también fue
creado por el Rotary Club local y en
“Adrogué” existe una filial del mismo.
Aproximadamente en 1887, los saldos inmigratorios
aumentaban como el valor de la tierra, pero no pensemos que sólo los
trabajadores manuales fueron atraídos por estos lares, también vinieron
profesionales. Algunos de ellos cumplieron carreras espectaculares. Tal el caso
del abogado que vino a parar a estas playas luego de la derrota de la Primera
República Española (1874). Nos referimos a don Rafael Calzada. Dueño de un
loteo que fue el origen de una localidad del Conurbano que lleva su nombre y,
además, el defensor judicial de los hijos naturales de Rosas, una causa célebre
que escandalizó, en aquella década, a la vacilante e hipócrita sociedad
porteña.
Rafael Calzada no era más que una Villa...
Aunque tenía la mejor Estación del F.C. Sud...
No era una parada (como las otras). Era una
Estación “Constitución” en peque-ño.
Una hermosa casa quinta bordeada de rejas
se hallaba frente a ella: “La Celina”. Quienes usaban el ferrocarril siempre la
admiraban a su paso. Incluso sin conocer a su morador ni las otras riquezas
materiales y espirituales que albergaba. El voceo del guarda (que quedo
guardado en un retazo de olvido), con su farol encendido y el pañuelo verde o
rojo, dando la señal requerida tras el clásico campanazo del Jefe, despertaban
al viajero que dormía plácidamente sentado, entonces, en confortables asientos.
Por esta época, ahora hablamos
aproximadamente de 1889, comienzan a po-nerse de moda para la clase alta
porteña las excursiones a las quintas de Acassuso, Adrogué, Temperley, Ramos
Mejía, San Isidro y Lomas de Zamora, así como los ve-raneos en la pequeña
ciudad balnearia de Mar del Plata. Estas correrías son facilitadas por el
ferrocarril; ya han quedado atrás los incómodos viajes en coche o diligencia.
Al tener cerrados todos los caminos para
llegar al gobierno por el ejercicio de la vía electoral con las debidas
garantías de limpieza, los radicales en 1893 se lanzan a la lucha armada, para
tomar –por lo menos- el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Los dos
ejércitos revolucionarios, inermes hasta el momento, saldrán de su quietismo.
Una revolución vía Temperley y otra vía Quilmes convergerían sobre La Plata.
VÍA TEMPERLEY: Martín Yrigoyen mete a sus
radicales arriba del tren con el confesado propósito de "ganarles de mano
a los mi¬tristas", pero como encontraría las vías levantadas a la altura
de la estación José Mármol, en el Partido de Almirante Brown, el convoy
quedaría detenido.
VÍA QUILMES: en cambio Campos llega a la
estación Ringuelet, pero allí se encontraría con Ramón Falcón y sus guardias
parape¬tados detrás de un terraplén, puesto que no había recibido orden de
desarme. A los primeros tiros, los cívicos sor-prendidos se re¬pliegan. Falcón
no los perseguirá porque, en ese momento, llegaba Del Valle en una locomotora y
se lo prohibiría. Este fue el "combate" de Ringuelet.
Esta escaramuza fue la única batalla de las
revoluciones bona¬erenses. Según el parte de Campos hubo 3 muertos y 15
heri¬dos. La noticia llega a José Mármol, donde habían quedado los ra¬dicales,
que resuelven esperar hasta que se aclarase el pa-norama.
El 9 de agosto de 1893, Del Valle logra
desarmar a Falcón, mientras los ejércitos revolucionarios -uno en Mármol, otro
en Tolosa- reini¬ciaban su marcha sobre La Plata.
Por aquellos años, se cuenta, que Carlitos
–nunca mejor dicho- Gardel, de la mano de su madre, doña Berta, visitaba a una
familia de apellido Capot que vivía en Rosales al 2.200 de José Mármol. Dice la
tradición que el “Zorzal criollo” visitaba asi-duamente la zona, donde
probablemente el paisaje sirvió de inspiración para alguna de sus célebres
canciones.
Pasando a aquellos carnavales finiseculares
(ubicándonos aproximadamente en 1897), en los cuales la clase alta “festejaba”
de una manera muy distinta a la del “popolo grosso”, como por lo general eran
en febrero, la gente decente se encontraba veraneando fuera de la ciudad.
Aunque muchos otros se animaban a viajar hasta Adrogué para vivenciar aquellos
inolvidables momentos en el Hotel Las Delicias o en el Tigre Hotel, donde se
realizaban las elegantes “tertulias de disfraces, con bailes”.
Los grandes hoteles de moda a principios de siglo XX eran: Las Delicias
de Adrogué, del cual más adelante hablaremos, y el Tigre Hotel, inaugurado
justamente en 1900 sobre el río Luján y que había comenzado su proyecto y
edificación en 1886, como ya se dijo. En ambos se desarrollaban grandes
fiestas, llegándose hasta allí en trenes especiales. Los dos tenían sus
consuetudinarios contertulios: a Las Delicias iban Carlos Pellegrini, los
Martín y Herrera, González del Solar y Padilla, mientras que el Tigre Hotel era
el predilecto de Jorge Newbery, Mitre, Roca, Roque Sáenz Peña y las familias de
Cazón, Irigoyen, Figueroa Alcorta y Elizalde. En este último, aquel año, fue el
de funcionamiento a pleno y, digamos, que su esplendor brilló durante casi tres
décadas.
Burzaco, que siempre fue la ciudad más
poblada del Distrito de Almirante Brown, un día vería llegar al vasco “Sardina”
don Gabriel Martiren, procedente de su tambo de Florencio Varela, con un
“invento”, que se jugó por primera vez en la Cancha Cerrada de la República
Gaucha (en la calle Roca), sumando un nuevo deporte en el ámbito univer-sal:
“la pelota a paleta”. Esa misma República Gaucha que fuera testigo de las
fiestas de los hermanos Legris.
Por esos días –finales de 1906-, en los
cuales los ferrocarriles recibían el gene-roso régimen jurídico otorgado a los
británicos por la “Ley Mitre”, los empleados jerár-quicos de los mismos
levantaban sus portentosos chalets en diversos puntos privile-giados de los
suburbios: Vicente López, Munro, Banfield, Temperley, Hurlingham, Adrogué, José
Mármol, etc.
También veraneaba en Adrogué el niño Jorge
Luis Borges: “En aquel perdido y tranquilo laberinto de quintas, de plazas, de
calles que convergían y divergían, de ja-rrones de mampostería y de quintas de
rejas de fierro”. Así lo recordaba. Así fue feliz. Continuaba: “Al pensar en
Adrogué, no pienso en el Adrogué actual deteriorado por el progreso, por la
radiotelefonía y las motocicletas, sino en aquel perdido y tranquilo laberinto
de quintas, de plazas, de calles que convergían y divergían, de jarrones de
mampostería y de quintas de rejas de fierro. En cualquier lugar del mundo en
que me encuentre, hasta el olor de los eucaliptos conspiran para que yo vuelva
a ese Adrogué perdido que ahora sólo existe en mi memoria, y, sin duda, en
tantas memorias”.
De la misma manera que Jorge Luis Borges,
los vecinos de aquellos tiempos de Adrogué tampoco imaginaron en lo que se
convertiría este pedazo del Gran Buenos Aires: una ciudad esplendorosa, donde
se mezcla la pujanza de su comercio con la actitud semicampestre de su gente,
que busca en el descanso placentero de sus calles con el aroma de la vegetación
permanente que se niega a desaparecer, a pesar de alguna pretendida afectación
“narizparada” de ciertos estúpidos que nunca entendieron nada.
Es que, fuera en Olivos o en Banfield, en
Hurlingham o en Adrogué, en Villa Devoto o en Ramos Mejía, en Lomas de Zamora o
en Tigre, la influencia del ferrocarril fue inmensa sobre esas comunidades
urbanas que se desarrollaron alrededor de la estación. Viejas quintas con
techos parecidos a los de las estaciones, casas de estilo inglés y los
principales negocios del barrio concentrados alrededor de la estación son
todavía hoy [año 2000] la muestra de lo que significó el tendido de las líneas
férreas. Y volvemos a aludir al régimen generoso de aquella ley que beneficiaba
a las empresas ferroviarias británicas, a las cuales también se les adjudicaron
las tierras aledañas a las vías.
Los últimos tranvías terminaban con el
proceso de electrificación (1908), co-menzado hacía una década, los Lacroze
cerraban la etapa. Mientras los superados tranways a caballo marchaban hacia
otros "lejanos" suburbios, comprados por los Mu-nicipios o entidades
de fomento (Tigre, Adrogué o Turdera, son las poblaciones privi-legiadas que
sienten por última vez el fatigado trote de los rocines antes de perderse, para
siempre, en las negras fauces de los corralones, cual conmovedora imagen del
último tango barrial) o siguieron traqueteando como acoplados de los
eléctricos.
Aproximadamente en 1909, en los alrededores
de la Capital, San Fernando era célebre por los burdeles. Hasta merecieron la
evocación del escritor Eduardo Gudiño Kieffer: “Créeme, Peteco, yo sé lo que te
digo. Vos no salís del Garden Party del hotel Las Delicias de Adrogué... y te
parece que el sumum está allí, entre las niñas con las que vamos a casarnos...
Mira que yo he corrido mucho, que me sé de memoria el plano de los
piringundines de Buenos Aires, desde la Boca a San Fernando. (Y de todas las
pupilas no hay como la Borchemiel)... Hasta te crees que es una de las niñas
que veranean en Adrogué...”. La prostitución y el fabuloso negocio que
conllevaba tenían límites que rozaban la política, sobre todo en la Provincia
de Buenos Aires, donde cada prostíbulo debía contar con la protección de las
autoridades.
El 18 de julio de 1909 se fundaba
oficialmente la Villa de Rafael Calzada, dentro del Partido de Almirante Brown.
El reemplazante del gobernador Ignacio
Irigoyen fue el coronel José Ino¬cencio Arias, quien asumió (como era
costumbre) el 1º de mayo de 1910, siendo su vicegober-nador Don Ezequiel de la
Serna. Durante su gobierno se creó la Escuela Práctica de Fruticultura y Chacra
Experimental de Agricultura en Dolores. Tal vez el último comentario esté
relacionado con la llegada de los primeros colonos japoneses que establecieron
granjas o se dedicaron a la floricultura en la zona de Burzaco.
El 10 de agosto de 1910 se fundaba el
pueblo de Longchamps, dentro de los límites del Partido de Almirante Brown. Fue
la partida de nacimiento de diversos hechos, tanto a ras del suelo como en el
aire. Muchas veces fue sobrevolado por esa gran aviadora que fue Carola
Lorenzini (aunque era habitante de San Vicente) y que terminó su existencia
desplomándose en Morón, en los terrenos de la Base Aérea Militar.
En Longchamps estuvo instalado durante
algunos años un famoso Hipódromo que fue el que le dio el nombre al pueblo, al
tomar la denominación de su similar ubi-cado en las afueras de París. Este
Hipódromo fue tan o más popular que el de Tempe-rley. Lamentablemente finalizó
destrozado y quemado después del discutido fallo de la cuarta carrera de aquel
nefasto domingo.
Actualmente Longchamps lleva la
denominación de “Cuna de la Aviación Sud-americana”; esto es así porque el 6 de
febrero de 1910 el francés Henry Bregi logró en su Aeródromo el primer vuelo
controlado de aviación de Argentina y Sudamérica. También aquí estuvo ubicado
el primer Autódromo.
Como se dijo más arriba, de pequeño, Gardel
era asiduo visitante de Almirante Brown. Entre 1930 y 1931, volvería como
artista consumado, actuando en el ex Cine Argentino. La entrada costaba dos
pesos de esos difíciles tiempos en que había que “rajar los tamangos” para
conseguirlos.
El Graff Zeppelin también surcaría los
cielos burzaquenses. No se puede sos-layar la presencia de los soldados armados
del Graff Spee (el Acorazado de Bolsillo) en Burzaco rumbo a lo desconocido,
desfilando por la calle Roca ante la mirada de los incrédulos vecinos. El
Carnaval chico en “La Florida”. Los 20 centavos que costaba la entrada al cine
Roca.
Entre los “locos” populares de Burzaco: el
“vasco de la carretilla”, el vasco “Ju-nín”, el actual “Papelito”. No se pueden
olvidar las hazañas del gordo Lissi como cam-peón sudamericano de pelota a
paleta. Las aventuras deportivas de Hugo Bianco, otro campeón argentino y la
destreza insólita de Néstor Delguy, que jugaba atado un brazo a una pierna, con
tres o cuatro contendientes, o con las manos atadas o a mano limpia, ganando
siempre.
En fútbol la rivalidad inmensa entre el
Burzaco Fútbol Club e Independiente. El accionar silencioso pero ascendente de
“San Martín de Burzaco”.
Luego, el Club Social de Burzaco, con su
tenis. El Baby Fútbol del ex club Roca con “Varelita” y los otros cebollitas.
“La Enramada” se destaco en el deporte nacional del Pato.
Vivió en Burzaco el Comandante Prado, aquel
que escribió La Guerra al Malón, considerado el primer libro de Alte. Brown.
Si hablamos de la geografía del barrio
podemos hacer un paseo: Caminamos unas cuadras por Quintana hacia Ciudad
Oculta; llegamos al Camino Real, buscamos “el Monte Sauce”, donde se cazan
mixtos y jilgueros.
Por el arroyo Cappelletti había jaulones
inmensos, criadero de nutrias, anguilas inmensas y bagres dorados. Allí
pescaban los vecinos Juan Cima y su amigo Livio.
El proceso de sustitución de importaciones,
con una incipiente industrialización, ocurrido con más potencialidad a fines de
la década del ´30 y principios de la del ´40 provocó –específicamente en el
Partido de Almirante Brown- el surgimiento de nuevos pueblos en sus espacios
libres. Ellos fueron: San Francisco Solano, San José, Loma Verde y gran
cantidad de barrios vecinos a las primeras ciudades de ese Distrito
bo-naerense.
San Francisco Solano, por su dinámica
comercial, se convirtió en poco tiempo en una nueva localidad de nuestro
Partido. Este es un sector limítrofe con el Distrito de Quilmes.
San José se convirtió, en pocos años, de
antigua chacra en población pujante, con dinámico ritmo de trabajo, crecimiento
comercial acelerado –hoy, diríamos superior al gigante de otrora: Lomas de
Zamora-; San José no detiene su evolución a pesar de los tiempos azarosos por
los cuales atravesamos.
Entre el deslinde entre Alte. Brown y
Quilmes, allá donde se hizo construir su casa el legendario Roberto Hunt
aparece portentoso el territorio de San José. Tiempos de estancia, faenamiento
y saladeros de carnes, de memorias esclavas y de cristiana piedad femenina
atenuando los rigores tiránicos para con los que trabajan.
San José se fue levantando hasta esta
realidad de hoy, pero semejante a un adolescente que creció demasiado y a quien
todo le queda chico, calles y cosas, de-mandando nuevas etapas de ascenso
progresista.
No hay una fecha de origen determinado.
Sólo palpamos una realidad: su frac-cionamiento entre Lomas de Zamora y Alte.
Brown. Su comercio es el que eleva su nivel al compás de una vida activa. ¡Y
pensar que fue la hermana menor de Alte. Brown!.
Hubo otra migración interna de la cual
participaron, los ahora sectores medios, ex inmigrantes o sus hijos. Por
ejemplo lo genoveses de La Boca, abandonaban sus viejas casas de madera y chapa
con pintorescas pinturas, para poco a poco ir adqui-riendo terrenos a lo largo
de la vía ferroviaria, hacia el Sur: Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Burzaco.
Y, entonces, al comenzar la década del '40, los migrantes internos reemplazaron
a los xeneises. Como siempre, los antiguos habitantes resistieron a los nuevos.
Burzaco fue la primera comunidad argentina
que erigió el Primer Monumento Nacional a la Bandera, mucho antes que el de
Rosario (1957). Proyectado en 1938 por Claudio León Sempere, fue concluido en
1943.
Un crepúsculo del 10 de febrero de 1950, el
fuego terminó con el “Castillo” del Dr. Rafael Calzada. Fue un horror. No solo
la acción devastadora del fuego sino de algunos aprovechados, que aquellos
objetos valiosos arrojados al jardín que se querían salvar de la catástrofe
fueron tomados y saqueados con total desparpajo.
Menos mal que no era la única riqueza
material y espiritual de Rafael Calzada. Está la Iglesia de “La Santísima
Trinidad”, fruto del Verbo Divino, donde la Religión y la Cultura están engarzadas, en Templo, Colegio,
Terciario y un Museo de los Misioneros, único; sin contar con la modernísima
Imprenta.
Y le llegó el turno de descollar también al
Rugby, aunque hubo que esperar hasta el 15 de agosto de 1952. Ese día poco
público, alejado a lo mejor por la amenaza de lluvia, acudió esa tarde al que
parecía un partido más en la serie programada durante la estadía de la
selección irlandesa. Sin embargo, los que se arriesgaron, jamás habrán de
olvidar lo que vieron: el equipo Pucará de la localidad de Burzaco había
logrado derrotar sorpresivamente a su calificado rival por 11 a 6. Nunca antes
de había registrado un triunfo local sobre combinados de otros continentes.
Como se ha visto, la convergencia del
pueblo llano y la clase media hacia los centros de reunión de la clase alta se
inició lentamente en Buenos Aires y alrededores (Tigre, Delta, Adrogué,
Hurlingham, etc.) y luego adquirió más ritmo e intensidad y fue ampliando su
radio de acción (Mar del Plata, etc., etc.), para verse generalizado pasada la
mitad de la década del ´50.
En cuanto al tema de la Salud Pública
durante el gobierno del Dr. Oscar Alende, funcionaban en 1960 unidades llamadas
centros de salud, unidades de acción pre-ventiva-curativa en el siguiente
número: 6 en San Martín, 4 en Lanús, 4 en Quilmes, 3 en San Fernando, 3 en
Lomas de Zamora, 2 en Vicente López, 2 en Tigre, 2 en Ave-llaneda y 1 en Merlo,
La Matanza, Almi¬rante Brown y Berisso.
Entre 1958 y 1960, el Gobierno creó 341
nuevas escuelas pri¬marias: 3 en Ave-llaneda, 15 en Quilmes, 1 en Berazategui,
21 en Lo¬mas de Zamora, 10 en Almirante Brown, 3 en Lanús, 23 en La Ma¬tanza, 5
en Merlo, 14 en Morón, 5 en San Martín, 6 en San Isidro, 4 en San Fernando, 8
en Tigre, 8 en General Sarmiento, 15 en Moreno, 5 en Esteban Echeverría, 11 en
La Plata, 6 en Berisso, 6 en Pe¬huajó, 8 en Tandil, 4 en Mar del Plata. En el
Mensaje de este úl¬timo año, Alende mencionó el asom¬broso crecimiento de
matrículas escolares en el Gran Buenos Aires.
En el Mensaje de 1961, el doctor Alende
informaba el estado de realización del Plan de Ayuda y del Fondo Permanente de
Pavi¬mentación Municipal y de Caminos pro-vinciales; obras nuevas: pavimento
urbano en Lomas de Zamora, Tigre, General Sarmiento, General San Martín, La
Matanza, Morón, Quilmes, Almirante Brown, Lanús. Caminos terminados: Nueve de
Julio-Bolívar (tramo I), Nueve de Julio-Bolívar (tramo III), Calvo-Monte
Her¬moso, Burzaco-Villa Calzada-Claypole, Barker-Ruta 74, Pilar-Escobar.
Se notaba una preocupación del Ejecutivo
provin¬cial con respecto a la problemática del transporte público de
pa¬sajeros. En mayo de 1961 Alende pudo anunciar que se habían acor¬dado 17
nuevas autorizaciones tendientes a aumentar las líneas, expandir el transporte
en recorrido y parque y, además, que ya se habían realizado las licitaciones
para establecer líneas que inter¬comunicasen: Quilmes, Sarandí, Puente
Pueyrredón, Villa Alsina, Villa Industriales, Villa Diamante, Villa Caraza,
Avellaneda, Lanús, Reme¬dios de Escalada, Temperley, Lomas de Zamora, Burzaco;
San Fran¬cisco Solano, Villa Florida, Quilmes, Gerli, Puente Vélez Sársfield,
Morón, Castelar, Los Polvorines, Puente Uriburu, Adrogué. Lomas de Zamora-Burzaco,
Puente Saavedra, Munro, Vicente López, Bancalari.
La ex Plaza Espora, adoptó el nombre del
Fundador “Esteban Adrogué”, al tomar descanso sus restos en el Monumento que
levantara el pueblo ubicado en el centro de la Plaza. La Avda. Tomás Espora extendió
entonces sus proyecciones de Adrogué a Burzaco.
En agosto de 1963, aún siendo Interventor
de la provincia el general Francisco Imaz, fue aprobado el Código Alimentario
de la Pro¬vincia, que modificó el bromatológico de 1949. Además, mediante un
decreto, se dejó sin efecto una Ley que cedía insta-laciones del Instituto de
Rehabilitación del Inválido de Adrogué a la Sociedad "Coordi-nación de
Obras de Rehabilitación" (C.O.R.).
En el Mensaje de 1965, el gobernador
Anselmo Marini comunicaba la puesta en funcionamiento del Instituto Técnico
Pesquero, el Centro de Análisis de Investigaciones de Avellaneda, Escuela
Téc¬nica Agropecuaria del Delta, Escuela Normal Técnica de La Plata e
institutos tecnológicos en Junín, Berazategui, Almirante Brown.
Los viejos Institutos Superiores de
Pedagogía, y entre ellos el fundacional de Bahía Blanca, habían cambiado su
denominación por el de Institutos Superiores de Formación Docente -entre ellos
en el N° 41 de Almirante Brown, en el Conurbano Bo-naerense, se recibió quien
escribe esta obra y su señora esposa- y volviendo al de Bahía Blanca en 1978,
superaba lo setecientos alumnos inscriptos, compartiéndose aún el edificio con
la Escuela primaria N° 2 y con la Escuela de Educación Técnica (existía todavía
el CONET) también N° 2, llamada en 1992 Escuela de Educación Media N° 6.
Siempre recorriendo caminos, los payadores
sentían en estos casi actuales tiempos un renacer del interés por su arte:
volvían los encuentros de contrapunto en los teatros suburbanos; el Encuentro
Santosvegano; a esto se sumaba la intervención en festivales multitudinarios,
como el promovido por el Canto Decuna, en fervorosa defensa de nuestra música
folklórica. Luego sería el FESTICALA (Festival de la Canción Latinoamericana),
al que diera impulso el Centro Cultural "Homero Manzi", en Ministro
Rivadavia, Partido de Almirante Brown, al sur del Conurbano Bonaerense. En fin,
un canto que no cesaría.
Casi en la actualidad, Claypole es un
pueblo, cruzado por avenidas y calles fundamentales, además, por su interconexión
comunal, tiene un oasis de alivio para los más sufridos, los elegidos de Dios
para transcurrir en este Valle de Lágrimas su trayectoria por la vida. El
Pequeño Cottolengo Don Orione, obra de los beneméritos salesianos, que
civilizaron, evangelizaron y no colonizaron suelo patrio, está allí latente.
Hasta le dieron el nombre a uno de los barrios hoy más populosos de Alte.
Brown: Don Orione. Ya cuenta con delegación propia, pero dista mucho de tener
una identidad propia.
Volviendo a Claypole, por eso aquellos
hombres, con o sin sotana, pero con una cruz en el corazón grabada con amor, no
limitaron su acción solidaria y altruista a “los enfermos” más extremos que se
conocen, sino también a niños y jóvenes, que tienen en cada acción que los
mismos despliegan, una cátedra ejemplar.
En la década del ´80 que recién se
iniciaba, surgiría explosivamente el núcleo urbano de Don Orione, en las
inmediaciones de Claypole y formando parte del Partido de Almirante Brown. Esta
incorporación al mencionado Municipio, aumentaría nota-blemente la población de
la unidad distrital conurbanense.
La localidad de San Francisco Solano –que
tiene su similar en Quilmes- aunque espiritualmente tiene su pertenencia en
Alte. Brown. Hay un consenso generalizado de la comunidad que la situación
jurisdiccional de esta “franja” no cambie, porque existen algunos intentos de
separarlo de Alte. Brown. En realidad, desde 1983 (gobierno democrático de
signo peronista), hasta la fecha se hizo mucho por retenerlo, adjudicándole
hasta Delegación propia.
En cuanto a la localidad de Glew, hoy
tenemos que decir... que hasta la gente de campo fue transformándose con el
tiempo. Primero, hubo que deshacerse de las cinacina, y así, poco a poco, fue
apareciendo la Ciudad. Sobre todo a partir de la deci-sión de cabecera terminal
del ferrocarril eléctrico (1985).
La iglesia de Santa Ana, con sus viejas
campanas era lo único que quebraba el proverbial silencio de Glew, sólo
competido por alguna locomotora a vapor en viaje a Jeppener o de aquella estación
llamada ahora Alejandro Korn (antes Empalme San Vicente).
Eran famosas las fiestas en la Sociedad
Italiana, donde, a pesar del origen, el pericón nacional de los 25 de Mayo se
imponía. Allí llegaban vecinos de todos lados, la mayoría de los forasteros en
volantas o diligencias y otros a caballo. Raúl Soldi, el pintor de nivel
internacional, fue un día en busca de paz y halló su inspiración. Y pintó los
muros del templo ante la mirada de creyentes y no creyentes...
La localidad que hoy se denomina Malvinas
Argentinas, hasta hacía unos años a este territorio, poco poblado en su
momento, se lo denominaba Loma Verde. Se llegaba a él por la continuación de la
Avda. Seguí, que pasando la Avda. H. Yrigoyen recibe el nombre de Capitán
Moyano. Antes se lo conocía como camino de “La Colorada” y era la arteria
comunicante con el Partido de Esteban Echeverría. Hoy es un centro poblacional
que por su importancia es considerado una localidad, con Delegación propia, y
no ya un apéndice de Adrogué. En la Plaza se encuentra el Monumento al Soldado
Anónimo de Malvinas, realizado en metal por el equipo del Museo Sempere de
Burzaco que dirige el artista Oscar Rivera.
Hoy la otra localidad de Almirante Brown,
Ministro Rivadavia, es la reserva eco-lógica más importante de la zona. Y los
porteños que quieren conocer el campo de la pampa húmeda y sus bondades no
tienen más que acercarse a la Granja de Don Vitale o a la de Don Mario y
disfrutar de un asado y un día de campo inolvidable.
En
1988 en los partidos del Gran Buenos Aires, denominémoslos del tipo 1 (partidos
de Almirante Brown -ya con predominio de Jorge Villaverde-, Avellaneda,
Berazategui, Esteban Echeverría, Florencio Varela, General San Martín, General
Sar-miento, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Merlo, Morón, Moreno, Quilmes,
San Fernando, San Isidro, Tigre, Tres de Febrero y Vicente López). En ese
universo los hogares que sufrían Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) eran
del 20,7 %. En cambio, en los partidos del Gran Buenos Aires, que podemos
encuadrar dentro del grupo 2, comprendido por Almirante Brown, Berazategui,
Esteban Echeverría, General Sarmiento, Florencio Varela, La Matanza, Merlo,
Moreno, San Fernando y Tigre, las NBI ascendían al 29,9 %.
En 1991 se realizaría el censo nacional.
Hasta ese momento los partidos que integraban el Gran Buenos Aires eran 19:
Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Esteban Echeverría, Florencio Varela,
General San Martín, General Sarmiento, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora,
Merlo, Moreno, Morón, Quilmes, San Fernando, San Isidro, Tigre, Tres de Febrero
y Vicente López. (Éstos coinciden con los del grupo 1 del Gran Buenos Aires,
cuando damos los porcentuales de NBI).
El 1° de mayo de 1994, se ve materializado
un sueño largamente acariciado en un barrio de la localidad de Burzaco, partido
de Almirante Brown. Es inaugurada la Capilla de San Cayetano por el obispo
diocesano de Lomas de Zamora, Monseñor Desiderio Collino, siendo su primer
Presbítero el padre Carlos Catani. Nadie mejor que él para ocupar tal misión,
pues se trata de un “cura obrero”. La piedra fundamental de la Capilla había
sido colocada el 10 de noviembre de 1968, en el mismo lugar donde está
emplazada, Provincia de Buenos Aires y Sempere de Burzaco.
Durante la primera gestión del gobernador
Duhalde (1991-1995) la construcción, ampliación, refacción y equipamiento de
hospitales y unidades sanitarias incrementaron en 1.170 camas la capacidad de
internación. Continuando con la inauguración de hospitales en el Conurbano, el
primero que se puso al servicio de los vecinos fue Mi Pueblo, de Florencio
Varela; luego, el Evita Pueblo, de Berazategui y el Gobernador Mercante, de
José C. Paz. Estaban a punto de ponerse en marcha, con todas las
especialidades, el Arturo Oñativia de Almirante Brown, el de Merlo y el de Tres
de Febrero. Estaban en construcción los hospitales Mariano y Luciano de la Vega
de Mo-reno y el del nuevo distrito de Presidente Perón.
Hasta aquel 31 de diciembre de 1995 las
líneas en servicio telefónico en el sec-tor socio geográfico llamado AMBA, es decir
el Área Múltiple Buenos Aires que com-prende la Ciudad de Buenos Aires y los
partidos de Almirante Brown, Esteban Echeve-rría, Malvinas Argentinas, San
Miguel, José C. Paz, Lomas de Zamora, San Fernando, Tres de Febrero,
Avellaneda, Florencio Varela, La Matanza (cobertura parcial), Morón, Ituzaingó,
Hurlingham, San Isidro, Vicente López, Berazategui (cobertura parcial),
Ge-neral San Martín, Lanús, Quilmes, Tigre (cobertura parcial) eran 2.852.255.
En 1997 el campeón de Primera "C"
fue Berazategui, aunque en el reducido se impuso para ascender Brown de Adrogué
(conocido por el "Trico"); mientras que descendieron a la
"D": Argentino de Merlo y Central Ballester. El campeón de la Primera
"D" fue Claypole. En cambio el Club Fénix de Pilar, perdía su afiliación
al fútbol profe-sional en la A.F.A. y el Club Atlas de General Rodríguez fue
reafiliado a la Primera "D".
En Rugby, el 28 de septiembre de 1997, en
el field de Pucará en Burzaco, dis-putándose la categoría Seven menores-19, el
SIC A (San Isidro Club A) derrotó al CASI A (Club Atlético San Isidro A de
Acassuso).
El 28 de octubre de 1997, el horror se
transformó -por fin- en castigo en la Sala 1ª de la Cámara Penal de Lomas de
Zamora, cuando el matrimonio de "bajos instintos" formado por Pablo
Álvarez -de 39 años de edad- y Mónica Eva Fernández -de 30 años- fue condenado
a reclusión perpetua por torturar a sus hijas mellizas, hasta llegar a matar a
una de ellas. La abuela materna de las víctimas, Vicenta Godoy, de 53 años, que
vivía al lado de la casa de Claypole, en el partido de Almirante Brown, también
fue condenada por "abandono de persona agravado por muerte" y por
"abandono de per-sona en detrimento de la salud de la víctima". Esta
doméstica y maléfica historia policial da verdaderos escalofríos.
El 1° de junio de 1995, y a partir de una
denuncia policial, se había descubierto que esta malvada pareja, que tenía
otros tres hijos a los cuales, al parecer, trataba bien, torturaba
inexplicablemente a la mellicitas que en 1997 hubieran cumplido seis años. A
consecuencia de ese maltrato insólito y persistente una de ellas, María Delfina
falleció. Cuando las encontraron, las niñitas estaban atadas a la cama
embebidas en su propia materia fecal. El cadáver de la malograda María Delfina
estaba envuelto en una toalla. Los cuerpecitos de ambas, la que se encontraba
viva y la muerta, estaban llenos de quemaduras de cigarrillos. Pesaban menos de
10 kilos.
La incalificable madre pidió perdón y dijo
que "lo había hecho porque no podía controlarlas". Pero los jueces (¡menos
mal!), esta vez, no escucharon ninguna excusa. Concluyeron que el maltrato a
las pequeñas era similar a los que habían realizado los nazis en hospitales de
Alemania. Por supuesto que también, a los monstruosos padres, les quitaron la
potestad de sus otros hijos y el poder sobre sus bienes.
Por Ley 12.264 sancionada por el Senado y
la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires se instituyó el nombre
de Ciudad de Adrogué a la que hasta ese momento se la denominaba Ciudad de
Almirante Brown, en el partido, sí, del mismo nombre. Esta ley está fechada el
veintinueve de diciembre de mil novecientos noventa y ocho.
Informaba el suplemento SurUrbano del
Diario Popular del 28 de mayo de 2013: “San Francisco de Asís es el nombre de
la nueva localidad de Almirante Brown, que conforman el populoso complejo
habitacional de Don Orione y otros barrios de la periferia de Claypole y
Burzaco.
“La iniciativa, de la edil oficialista
Norma Warrel, fue aprobada por unanimidad por el Concejo Deliberante browniano
y fue bendecida por el papa Francisco [Jorge Bergoglio].
“El área, habitada por unas 70 mil almas,
está conformada por los barrios Liber-tad, Suterh I y II, Som, Vipermu, y el
Castillo, El Cerrito, Don Orione Viejo, Martín Fierro, La Ester y Las Latitas,
además del mencionado complejo.
“La Elección del nombre del “poverello de
Asís” se debe a la relevancia religiosa del lugar, especialmente por la obra
que desplegó Don Orione en toda esa zona.
“La fecha oficial de celebración del
aniversario de la flamante localidad será los 29 de agosto, en conmemoración a
la llegada del corazón de Don Orione al país.
“El complejo habitacional Don Orione será
el corazón de la nueva ciudad y aunque se han alcanzado algunos logros, como el
de regularización de las escrituras, toda esta zona continúa sufriendo serias
carencias en materia de desarrollo urbano, de ordenamiento territorial o de
infraestructura sanitaria.
“La seguridad es otra de las preocupaciones
de quienes hace años residen en ese marginado límite del distrito”.
Historia
A mediados del siglo XIX, las tierras que
hoy forman el Partido de Almirante Brown eran una región de quintas y estancias
destinadas a la recreación de las familias más pudientes, a la producción de
alimentos en granjas o cría de ganado vacuno y ovino. Las industrias se
incorporaron muy posteriormente como consecuencia de la manufactura de los
elementos que se producían.
La vida social estaba centrada en el culto
católico, centro de reunión de las fa-milias de la época. Por este motivo los
templos fueron casi siempre las primeras edifi-caciones que se realizaron en
común, con el aporte de los pobladores, teniendo su origen en algún tipo de
oratorio o capilla particular.
Corría el año 1871 cuando el comerciante
don Esteban Adrogué, donó las tierras ubicadas en esa extensión verde con rutas
de tierra cercana a los límites de Quilmes, San Vicente y “El Pueblo de la Paz”
(actual Partido de Lomas de Zamora) para que se concretará la creación de una
estación ferroviaria cercana a su famoso Hotel “La Delicia” y a las chacras que
tenía en la zona. Hasta el momento, los medios de transporte de la época eran
el caballo y la carreta.
Con la inauguración de la estación de dos
andenes sobre la línea a San Vicente del Ferrocarril del Sud y la puesta en
funcionamiento del servicio expreso entre las estaciones de Constitución y
Adrogué aquel 29 de septiembre de 1872, el distinguido comerciante vio
concretado sólo el primer paso de su ambicioso proyecto que dio im-pulso a toda
esta región.
Pero todavía faltaba lo que Esteban Adrogué
siempre había soñado: la traza de un pueblo junto a la estación y la fundación
de un Partido. José Canale fue el arquitecto italiano contratado para la
realización de los planos de la ciudad. José, junto a su padre Nicolás,
plasmaron con precisión el arte arquitectónico de vanguardia de la época. Por
eso, la ciudad de Adrogué se caracteriza por sus diagonales, plazas y
bulevares. Esto alteró el tradicional modelo español y sirvió como antecedente
para la fundación de la ciudad de La Plata.
Finalmente, el 30 de septiembre de 1873 se
emitió la ley provincial № 856 por la cual quedaba establecido el Partido de
Almirante Brown. Su nombre había sido de-signado en honor al almirante
Guillermo Brown, héroe de la marina argentina en la guerra contra Brasil en
1826.
Sin embargo, no se definió entonces la
ciudad cabecera, dado que a pesar de las tratativas de Adrogué, hasta el
momento “Paraje Monte de los Chingolos” (actual localidad de Ministro
Rivadavia) había sido la cuna de la civilización en la zona, por lo que ambos
pueblos se disputaban ese lugar.
Este deseo de convertirse en la ciudad
cabecera del flamante Partido, promovió la construcción de numerosos edificios
públicos y viviendas. Canale también diseñó, a pedido del renombrado
comerciante, los tres principales edificios públicos: la escuela, la iglesia y
el edificio municipal. La Escuela N° 1 fue la primera en construirse y se
inauguró en marzo de 1874, ese mismo año se resolvió por decreto que Adrogué
sería la principal localidad del Distrito. Luego abrió sus puertas la Iglesia
San Gabriel Arcángel, el 6 de enero de 1878. Por último, fue inaugurado el
Palacio Municipal en 1882. Hasta ese momento, las autoridades había instalado
sus oficinas en el edificio conocido como “La Cucaracha”.
En la evolución de la dependencia del
Virreinato del Río de la Plata hasta cons-tituirse en un Municipio propio del
sistema democrático, la Municipalidad comenzó a funcionar como un cuerpo
colegiado, de tres a cinco miembros con funciones judiciales y policiales,
hasta llegar al cargo unipersonal de Intendente. El primer intendente del
distrito fue Ramón Hunt.
Política
Concejo Deliberante de Almirante Brown
Composición del Concejo Deliberante de
Almirante Brown. Ciclo 2017-2019:
Unidad Ciudadana: 14 bancas
Cambiemos: 8 bancas
Frente Renovador - Massa Presidente: 1 banca
1Pais Brown Argentina:1 banca
Actualmente el Concejo Deliberante de
Almirante Brown está conformado por 24 concejales.4
Intendentes de Almirante Brown desde 1983
Mandato Intendente Partido
1983-1987 Felix
Flores Partido Justicialista
1987-1995 Jorge
Villaverde
1995-2003 Hebe
Maruco
2003-2007 Manuel
Rodríguez
2007-2013 Darío
Giustozzi
2013-2015 Daniel
Bolettieri
2015-2023 Mariano
Cascallares
Toponimia
Almirante Guillermo Brown (miniatura de
Henry Hervè, 1825).
El partido de Almirante Brown lleva su
nombre en homenaje al Almirante Gui-llermo Brown, militar argentino nacido en
Irlanda, considerado el Padre de la Armada Argentina. El municipio de Brown,
tiene su actual nombre como consecuencia de la creación del partido. La actual
ciudad cabecera, Adrogué, antiguamente llevaba el nombre de Almirante Brown, el
cual al crearse el partido pasó a ser la denominación a la nueva agrupación de
localidades. El deseo de convertir Adrogué en la ciudad cabecera, promovió la
construcción de numerosos edificios públicos. La ciudad de Adrogué se
caracteriza por sus diagonales, plazas y bulevares, cuyos planos fueron
realizados por José Canale y su padre Nicolás.
Características
El partido de Almirante Brown tiene una
extensión de 12.933 ha, es decir 129,33 km², de los cuales el 65 % corresponde
a la zona urbana y el resto corresponde al área rural/industrial. Está situado
en el sur del Gran Buenos Aires, en el noreste de la Provincia de Buenos Aires
y limita al norte con Lomas de Zamora, al este con Quilmes y Florencio Varela,
al sur con Presidente Perón, y al oeste con Esteban Echeverría.
Su relieve es el de una llanura con
ondulaciones leves, con suelos aptos para actividades agrícolas.
Geografía
Está constituido por tierras denominadas
llanos, carentes de formaciones ele-vadas notorias. Pertenece al área de la
Pampa Ondulada. Sus tierras son aptas para el cultivo agrícola y la cría de
ganado.
El suelo, es rico en minerales y en materia
orgánica, y las napas se encuentran a poca distancia de la superficie, lo que
facilita la extracción de agua.
En sus orígenes las aguas eran aptas para
el consumo humano, pero debido al constante crecimiento de la población fueron
contaminándose, quedando solo algunas regiones con aguas puras.
Está surcado por los arroyos Del Rey, San
Francisco, Las Piedras y Las Perdi-ces.
Clima
[cita requerida]
La temperatura media es de 17,5 C°
La humedad media ambiente es del 74 %.
Los vientos no superan los 60 km/h
Sismicidad
La región responde a la «subfalla del río
Paraná», y a la «subfalla del río de la Plata», con sismicidad baja; y su
última expresión se produjo el 5 de junio de 1888 (132 años) de silencio
sísmico), a las 3.20 UTC-3, con una magnitud probable, de 5,0 en la escala de
Richter (terremoto del Río de la Plata de 1888).5
Regiones
Posee tres regiones bien diferenciadas:
Urbana: donde se concentra la mayor parte
de su población
Rural: ubicada en el sector sur de la
localidad de Ministro Rivadavia
Industrial: denominada Parque industrial,
ubicado en la localidad de Burzaco
Demografía
Según datos del Censo 2010, era el cuarto
partido más poblado del Gran Buenos Aires, tras La Matanza, Lomas de Zamora y
Quilmes.
Evolución poblacional del partido de
Almirante Brown según los distintos censos de población y variación intercensal
en porcentaje6
1869 1881 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010
Población -7 2.772 5.738 14.094 39.700 136.924 245.017 331.919 450.698 515.556 552.902
Variación - - +206,99% +145,62% +181,68% +244,89% +78,94% +35,46% +35,78% +14,39% +7,24%
Hogares con necesidades básicas
insatisfechas
Según el censo de 2010 realizado por el
INDEC en el partido de Almirante Brown hay 21.780 hogares con las necesidades
básicas insatisfechas lo que representa el 16,3% del total de los hogares de
dicho partido.
Creación y Elección de su Bandera
Bandera del Partido de Almirante Brown.
En el año del bicentenario de la creación
de la Bandera Nacional Argentina (2013), el gobierno municipal de Almirante
Brown invitó a todos los vecinos de su co-munidad a formar parte del programa
“Esta es mi bandera”, una convocatoria de parti-cipación abierta para que
juntos crearan la bandera del distrito. La propuesta consistió en lograr el
mayor intercambio posible sin convertirla en una competencia o concurso, para
llegar luego a una síntesis a partir de las ideas seleccionadas. Esta
colaboración originó un hecho histórico en la vida de cada habitante y en la
vida de este distrito dado que este es el símbolo que los representa en el
presente. La Municipalidad invitó a toda la población a unirse a este proyecto,
convocando a las escuelas, asociaciones civiles y clubes para su promoción y
difusión en todo el partido de Almirante Brown. El día 19 de septiembre se
eligió una de las más de 2.000 propuestas recibidas, aunque se aclaró que no se
escogió un boceto en especial, si no que se trató de unificar las propuestas
para llegar al resultado final.
La elección estuvo a cargo del ex
intendente municipal Darío Giustozzi (en ese entonces diputado nacional por el
Frente Renovador). La bandera fue presentada ofi-cialmente el 30 de septiembre,
en coincidencia con el aniversario del municipio, fue izada por primera vez y
se describió el por qué de los colores y elementos utilizados en su diseño. Por
otro lado, las propuestas seleccionadas como finalistas fueron exhibidas en la
Casa de la Cultura a partir de octubre.
Las estrellas representan a las localidades
que conforman el municipio: Adrogué, Burzaco, Calzada, Claypole, Don Orione,
Glew, Longchamps, Malvinas Argentinas, Mármol, Ministro Rivadavia, y San José.
División del partido
En el Municipio de Almirante Brown hay una
propuesta de división para la crea-ción de un nuevo distrito que llevaría el
nombre de "Altos de Tránsito" y abarcaría las localidades de Glew,
Ministro Rivadavia y Longchamps. El proyecto late en Almirante Brown desde el
año 2000 y tiene un expediente que reúne más de 1.300 páginas con los
argumentos que sostienen la necesidad de dividir el distrito. El proyecto no ha
prosperado por dividir las partes más acaudalas de Almirante Brown de las menos
pudientes. 89
Profesor DANIEL ALBERTO CHIARENZA
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