Este tema está inscripto en la respuesta a una pregunta ¿quién NO hizo el 17 de Octubre?
Afirman que Domingo Mercante, luego de despedir el sábado 13 de octubre al Coronel Perón en la pasarela de la cañonera Independencia que lo llevaba preso a Martín García, informó a algunos partidarios obreros la novedad de la situación de Perón.
No es seguro que haya aconsejado una huelga para el día 18, que luego sería propuesta por los sindicalistas el martes 16 en la Comisión General Confederal de la CGT.
Mientras que el Departamento de Estado estadounidense decía: “Perón está fuera de juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista”.
La diplomacia yanqui se equivoca. “El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria
por tiempo indeterminado en todos los ingenios de Tucumán”, recuerda Luis René
Villacorta, dirigente de la FOTIA. Los trabajadores tucumanos del azúcar exigen, además,
la reunión del Comité Central Confederal de la CGT. Asimismo, en Berisso, al impulso
polémicamente combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a
movilizarse y al atardecer recorren las calles de esa localidad a los gritos de ‘¡Viva Perón
y la Secretaría de Trabajo!’”.
En la Sede de la Unión Tranviarios se realizó el 16 una reunión del Comité Central
Confederal de la CGT. Las fuerzas gremiales representadas en la poco confiable CGT se
encontraban divididas en cuanto a la postura que debían adoptar ante la situación
existente. Se había lanzado la propuesta de una huelga general para el jueves 18, pero
algunas delegaciones sindicales entendían que no había que apoyar la medida, entre
ellas, la de los gremialistas ferroviarios, como expresión del viejo país, pues Ávalos había
dado garantías de “mantener las conquistas obreras alcanzadas”. Pero los gremios
nuevos –especialmente Libertario Ferrari, hombre de ATE y ligado a FORJA- abundan en
razones para actuar en defensa del Coronel detenido. Otros delegados explicaron que ya
había negativas para pagar los beneficios sancionados por un decreto del exsecretario de
Trabajo.
La reunión fue turbulenta y a la 1:00 de la mañana del 17 fue resuelta una huelga general
por 48 horas en todo el país a partir del 18 de octubre, sin nombrar a Perón y por motivos
retóricos.
Esto demuestra que la movilización del 17 rebasó a la dirigencia sindical, que, como se
dijo –un tanto medrosa- convocó una huelga para el 18 de octubre y sin mencionar en los
objetivos, ni siquiera una vez, el nombre de Perón. Se limitó tibiamente a solicitar “la
libertad de los presos políticos y militares”.
Ángel Perelman, dirigente metalúrgico, vio llegar muy de madrugada (el 17) al Sindicato
de la calle Humberto I, a unos compañeros de Barracas, que a esa hora suponía
trabajando:
“-Que pasa?
-En Avellaneda y Lanús la gente se está viniendo al centro.
-¿Cómo es eso?
-No sabemos quién largó la consigna, pero están marchando desde hace unas horas
hacia Buenos Aires.
-¡Pero si la CGT resolvió anoche que la huelga fuera para mañana! ¿Qué es esa marcha?
-La cosa viene sola. Algunas fábricas que estaban trabajando han debido parar, los
hombres en vez de irse a sus casas enfilan a la Plaza de Mayo ¿Ustedes saben algo?”
Buenos Aires contemplaba atónita la llegada de los despreciados cabecitas negras –así
eran llamados despectivamente por la gente “bien”, los tilingos, shushetas, del centro-
que, venidos del interior para trabajar en las fábricas de las orillas ciudadanas,
desvencijados en su pobre vestir (descamisados los llamará el “socialista” Américo
Ghioldi). Sucios, con la grasa y el aceite del Riachuelo, que algunos alcanzaron a cruzar a
nado. Destrozadas las alpargatas por la caminata; pero alegres, inmensamente alegres, al
verse juntos y saberse tantos.
Esto demuestra que ni antes, ni después hubo una central obrera más combativa y
coherente con los intereses de clase que la CGT DE LOS ARGENTINOS.
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