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jueves, 8 de octubre de 2020

9 DE OCTUBRE DE 1945: PERÓN RENUNCIA A SUS CARGOS DE VICEPRESIDENTE, MINISTRO DE GUERRA Y SECRETARIO DE TRABAJO Y PREVISIÓN por Daniel Chiarenza




Nos cuenta Luis Monzalvo en “Testigo de la primera hora del peronismo”:

 “Se aguardaba con profunda preocupación la hora fijada para el brindis del cumpleaños. Ocurrió entonces lo inesperado: no llegaron ciertos invitados que eran considerados amigos del coronel Perón y partícipes en la obra que estaba realizando la revolución del 4 de junio. 

Los rumores adquirían, a través de los minutos, un mayor volumen alarmista y luego se transformaron en una lamentable y cruel realidad: Campo de Mayo se había sublevado bajo la conducción del general Ávalos, su jefe.

“Al día siguiente, martes 9 de octubre, el movimiento obligó al coronel Perón a renunciar a

los cargos que venía desempeñando. Sin embargo, nada trascendió en el sentido de que

hubiera el propósito de privarlo de su libertad.

“El mismo día martes 9 de octubre nos reunimos los compañeros Soto, Carugo, Monzalvo

y Polo. En esa reunión les hice un planteo: según mi opinión lo que terminaba de ocurrir

en el gobierno era de extraordinario alcance y significación para el campo obrero, pues la

caída y el abandono forzoso de las importantes funciones del gobierno que cumplía el

coronel Perón, perjudicaban a la clase trabajadora. Los compañeros estuvieron

toralmente de acuerdo con mi manera de pensar al respecto.

“También les dije que por mi parte lo único que podía hacer era renunciar al cargo de

secretario general de Asistencia y Previsión Social, previa consulta al director general,

teniente coronel Mercante. Además les propuse que tratáramos de hablar con el coronel

Perón y luego lo hiciéramos con algunos miembros de las comisiones directivas de los

distintos gremios, a fin de aunar opiniones sobre la conveniencia de que las

organizaciones sindicales fijaran su posición frente a la actitud, realmente deplorable, que

Campo de Mayo había adoptado en contra del coronel Perón e inmediatamente contra el

movimiento sindical, pues éste había prestado su colaboración apoyando al coronel Perón

y al gobierno de la revolución del 4 de junio”.

Ese 9 de octubre la guarnición de Campo de Mayo por intermedio del general Ávalos

exige a Farrell la renuncia de Perón. Muchos sugirieron a Perón que reprimiera el

levantamiento. Éste se negó, aunque era consciente de lo mayoritario de las tropas leales

a su persona. Esperó la decisión de Farrell. El general Pistarini llegó con un escueto

mensaje de Farrell para Perón: "Él quiere que renuncie"

Entonces Perón da la orden de detener cualquier movimiento y solicita un papel. Escribe:

"Excelentísimo señor presidente de la Nación: Renuncio a los cargos de vicepresidente,

ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión con que vuestra excelencia se ha

servido honrarme. Fdo. J. D. Perón".

Recordando el hecho Perón dice: "La entregué al general Pistarini y dije: ‘Se la entrego

manuscrita para que vean que no me ha temblado el pulso al escribirla’ [...] Se había

cerrado un capítulo de mi existencia. Di gracias a Dios por haberme permitido hacerlo sin

sacrificar una sola vida en holocausto de la irreflexión o el apasionamiento".

El miércoles 10 de octubre el gobierno aceptó la renuncia y designó como ministro de

Guerra al general Eduardo J. Ávalos. Los trabajadores intentan hablar con el Coronel del

Pueblo. Éste les hace saber que ese mismo día a las 18:00 horas estaría en la Secretaría

de Trabajo y Previsión. Perón se despide de los trabajadores y de sus colaboradores

desde los balcones del edificio diciendo: "Pido orden para que sigamos adelante en

nuestra marcha triunfal; pero si es necesario algún día pediré guerra". La concurrencia

será numerosa e importante.

Orden y tranquilidad solicita, pero la tensión irá en aumento, horas más sería detenido.

El Coronel Perón hasta entonces detentaba los cargos de subsecretario de Trabajo,

ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación.


En la noche del 9 trasciende por las radios uruguayas la caída de Perón, hubo

manifestaciones improvisadas de estudiantes y señoras burguesas en la calle Florida:

“¡Ya se fue! ¡Libertad!”.

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