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domingo, 4 de octubre de 2020

5 DE OCTUBRE DE 1982: MARCHA POR LA VIDA, por Daniel Chiarenza



La sociedad comenzaba a enterarse de los aberrantes crímenes ejecutados durante la

dictadura cívico-militar. Hubo publicaciones que fueron secuestradas o censuradas por su

decisión, tibiamente comenzaban a expresarse con retazos de verdad. Entidades de

Derechos Humanos convocan a una “Marcha por la vida”, el fin era exigir una respuesta al

reclamo por los desaparecidos. Apoyaron amplios sectores de la sociedad, a pesar de la

prohibición oficial.

Ese día Marcelo Ranea tomó una fotografía muy polémica, la que fue publicada en varios

medios “como símbolo de reconciliación o acercamiento entre las Madres de Plaza de

Mayo y las fuerzas de seguridad”. Las Madres –como era habitual, silenciadas- contaron

la historia real de la foto, donde se clarificó que la “madre” no buscaba consuelo en el

policía, sino que mientras le golpeaba el pecho le pedía ayuda indignada. Contrario sensu

a lo que Madres querían dar -como imagen confrontativa- se presentó de tal manera que

daba un mensaje falso.

Tiempo después se constató que el policía de la foto era Carlos Gallone, subcomisario de

la seccional 4ª de la policía federal e integrante de un grupo de tareas de la

superintendencia de seguridad federal que actuaba bajo las órdenes del ministro del

Interior, Harguindeguy. Gallone tenía 38 años en aquel entonces. Ese efectivo tenía un

alias: Carlitos. Estuvo procesado, posteriormente, por violaciones a los Derechos

Humanos hasta que la componedora ley de Obediencia Debida, dictada durante el

alfonsinismo, lo libró de todo cargo. Se lo relacionó también con el caso Blumberg por su

vínculo con la venta de autopartes. Tras la anulación, durante el gobierno kirchnerista de

la ley de Obediencia Debida, se halla detenido por su participación en la Masacre de

Fátima.

Retomando la “Marcha por la vida” de octubre de 1982, la misma fue realizada con

alcance nacional. En Buenos Aires la encabezaron importantes personalidades del

movimiento de Derechos Humanos, de la política, de las iglesias, del gremialismo y la

intelectualidad.

Hacia afuera la consigna cumplió en forma movilizadora, presentándose como un

movimiento de Derechos Humanos unificado, pero internamente provocó una aguda

fragmentación, pues algunos organismos quedaron en posiciones de difícil reconciliación.

Estas divergencias se manifestaron con más fuerza durante la transición hacia aquella

primera “democracia de mercado” (Alfonsín presidente). Las consignas que más

problematizaron la cuestión fueron “Juicio y castigo” y “Aparición con vida”: algunos las

vivían como consignas sin salida posible, y muchos en el movimiento de Derechos

Humanos no querían acosar al gobierno terminal de manera tan cruda. Aunque las

tibiezas y puntos medios estaban condenados al fracaso, como históricamente se

demostró.

Hipólito Solari Yrigoyen, con su experiencia de torturado en Argentina y obligado al exilio

parisino, dijo en julio del 83 “La dictadura ha pretendido engañar a nuestro pueblo

haciendo creer que las críticas que se hacen contra ella son contra el país. En el exterior

se respeta a la Argentina pero se desprecia y critica al régimen gobernante por haberse

puesto ‘al margen de la civilización’ con sus crímenes contra la humanidad, como lo

puntualizó el presidente de Italia, Sandro Pertini, al impugnar el informe sobre los

desaparecidos”.

La Marcha por la Vida marca el momento en el cual comienza a reconocerse

masivamente la memoria colectiva, que se plasmaría, en forma incompleta, en el informe

denominado Nunca Más (1984) y en el juicio a las Juntas militares (1985) –y que se

vincula fuertemente a aquello que se conoce como la “teoría de los dos demonios”-; este

período culmina con la sanción de las leyes, durante el alfonsinismo, de Punto Final

(1986) y Obediencia Debida (1987) y los indultos menemistas (1989-1990). Hasta que

llegó Néstor Kirchner –con un fuerte contenido de Democracia Popular y de Justicia


Social- para poner verdad, memoria y –sobre todo- justicia en la problemática de los

Derechos Humanos.

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