¡Néstor! Qué falta de oportunidad de tu parte. Y sí… es un reproche. ¿Por qué te nos
fuiste privándonos de la esperanza que necesitábamos? Y la reconvención no es porque
no dejaste en tu lugar a alguien que le faltaran capacidades políticas (algo por lo cual
SIEMPRE lo vamos a cuestionar a Perón), es más Cristina hasta podría superarte en su
calidad de estadista. Pero… ¿y el fuego militante y el carisma humanista? ¿ese meter las
manos en la mierda del pejotismo para poder empezar a armar algo superador, donde se
evidenciara claramente el amor al pueblo, sin intereses espurios y comprendiendo que un
partido (PJ) es sólo el instrumento de un día…? Sólo vos compañero acaparaste ese
sentimiento y esa inteligencia… Te costó demasiado, nada más y nada menos que la
vida… Hubieras sido el presidente nuevamente en 2011 con la voluntad de las mayorías
nacionales y populares de dejar consolidada para los tiempos la revolución en paz, pero…
Cristina –y ella es la única- lleva tu impronta y el mandato certero de Perón en cuanto a la
lucha por la Patria Grande. Al decir esto no estamos descalificando a otros compañeros
que pudieran ser dirigentes, ya sabemos que “todos llevan el bastón de mariscal en su
mochila”, pero ninguno tiene las condiciones apropiadas para el momento histórico que
eventualmente protagonizarían.
Nos preocupa que los compañeros -y mucho menos cualquier opositor (en la gama que
va de la izquierda a la derecha)- supieron comprender las alturas del pensamiento a las
que llegó Néstor, donde era imprescindible profundizar la revolución cultural para después
ejecutar las transformaciones políticas, económicas, sociales e ideológicas que nos
llevara al verdadero desarrollo exponencial, al crecimiento como seres humanos, a la
liberación de los centros de poder y , finalmente -esperando procesos autónomos
similares en la región amplificada- a la integración de América Latina. Pero no, la
oposición, de derecha y de pseudo izquierda, se quedó estancada en la “Unión
Democrática” que conducía el embajador yanqui Spruille Braden en 1946 sin haber hecho
una sola autocrítica de su cerrada cosmovisión antinacional y antipopular. Ayudaste a
formar un sustrato de pensamiento que, sin ser, la “jactancia del intelectual”, interpreta el
sentido social del imaginario colectivo latinoamericano. Y eso que la gran mayoría de
pensadores nacionales y populares nos resistimos a ser intelectuales –hasta pensamos
que esa adjetivación si no va acompañada del aditivo de “orgánico”- es un término
popularmente peyorativo. “Intelectual” es la manera en que el hombre de pie asocia al
vulgar “comelibros”, que lo máximo que puede llegar a ser, si no comprende la realidad,
en un “gorila progre”. Son lo que no entendieron al peronismo, ya sea por ser extranjeros
o por tener una negación genética para la comprensión del peronismo. Habría que
preguntarse entonces ¿cómo pueden llegar a entender una etapa superior: la
kirchnerista? es decir los aportes de Néstor y Cristina a la filosofía nacional, popular,
liberadora, antidependiente y latinoamericanista, en otro estadio superior y más complejo
que el del peronismo histórico. Es que recibimos un legado anterior al de Néstor y
Cristina. Somos los hijos inteligentes –y no intelectuales- de Jauretche, Scalabrini, Ramón
Carrillo, Discépolo, Manzi, Hernández Arregui, Marechal, Walsh, Carlino, Paco Urondo,
Oesterheld, Galeano, José Pablo Feinmann, Abelardo Ramos, Galasso, Cooke, Evita, el
Padre Mugica, Verbitsky, Casullo, Forster, Horacio González, Jorge Alemán y tantos
otros.
Siempre supimos que el “Pampero” traía aires renovadores -de “limpieza del mal tiempo”-
que contrarrestaban los efectos de la siempre desgraciada “Sudestada” porteña. Pero
nunca nos imaginamos que ese ventarrón, ese huracán inclusivo o Higía olímpica vendría
del Sur más austral para despejar, no el producto cerebral de tilingos mamertos (como
diría el buen amigo Aníbal) -eso es imposible-; sino que ese venturoso aire austral serviría
para insuflar de Coraje, Sentimientos, Militancia, Frescura de conceptos a un novísimo
multisectorial Movimiento Nacional, Popular y Transformador.
Y así es como, el presidente inesperado (como lo adjetivaron en el 2003) se convirtió en
el presidente esperanzador, como una resurrección pascual para aquellos que aún
creemos en utopías. Y la Nación atisbó resurgir de sus cenizas, así como nosotros
renacimos de nuestras frustraciones, para comprender que después del “que se vayan
todos” estaba la comprensión inescrutable de que la política es la única herramienta que
sirve para la transformación del futuro. Gracias Néstor por hacernos ver con un ojo y ver
más allá con el otro –como con tu perseverante estrabismo- que otras esperanzas
inauditas se avecinaban.
Acaso será anecdótico cómo pasaste del mito a la historia –como diría Feinmann “el
bueno”- cuando te encontraste con un país poco menos que acostumbrado al genocidio, a
la frustración nacional, a la traición como actitud corriente, a la entrega como sumisión
irresoluta, a la ineptitud como un componente genético argentino. Y vos, que venías de
ser el Intendente Municipal de Río Gallegos (poco menos que el que corta el pasto en la
plaza pueblerina) y de una experiencia de nueve años gobernando la provincia de Santa
Cruz –que no estamos hablando de Córdoba o Santa Fe, sino ciertamente del “culo del
mundo”-, nos ibas a sacar de la más oprobiosa de las indignidades, el estar entregados -
como decía Florencio Sánchez en Los muertos “hombre sin carácter es un muerto que
camina”-; nos devolviste la quimera de soñar y pensar que todavía podemos ser mejores
“sin dejar las convicciones en la puerta de la Casa Rosada”. Pero todo lo demás: hubiera
sido distinto con vos, Flaco querido…
Daniel Alberto Chiarenza.
La semilla dio frutos y debemos seguir sembrando más flores
ResponderEliminarNestor nos devolvio el sentimiento de Patria y Matria que nos robatln las dictaduras. Gracias!!!!!
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